Se deriva de la medicina Ayurveda que llegó con el budismo a Tailandia. Shuigo Komparaj, médico de Buda, fue el padre del masaje tailandés. Este masaje estira los músculos, desbloquea las articulaciones, relaja la postura, incrementa la energía y equilibra el sistema nervioso.
Es para quien lo recibe, un yoga pasivo. Es una meditación y una danza de principio a fin.