El masaje es más que una secuencia de movimientos, es una terapia que requiere compromiso y conocimiento.
Ética y compromiso: los valores como honestidad, respeto y responsabilidad son fundamentales en el ejercicio profesional.
Capacitación profesional: una formación de calidad es garantía del conocimiento teórico y práctico que requieres como facilitador de bienestar.
Experiencia y conocimiento: estamos seguros que la práctica hace al maestro siempre y cuando ésta se base en el conocimiento profundo en diversas disciplinas científicas y técnicas.
Actitud de servicio: atender a tu paciente con una actitud empática y bondadosa, te permitirá conocer diversos aspectos de su vida y lograrás comprender sus necesidades de mejor forma.
Atención personalizada: finalmente, si logras tener los puntos anteriores, serás capaz de individualizar las terapias al reconocer las necesidades específicas de cada paciente para hacer recomendaciones adecuadas en su tratamiento.
Es importante señalar que cada uno de los puntos anteriores pueden profundizarse con el tiempo y a través de la enseñanza. No cabe duda que ¡la práctica hace al maestro!