Las plantas medicinales son una invaluable fuente de principios activos que ayudan al tratamiento de enfermedades leves y crónicas. Sin embargo uno de los mas grandes mitos de la Herbolaria es la afirmación de que, al ser de origen natural y no contener «químicos», los remedios naturales no representan ningún riesgo para la salud.
En realidad las plantas medicinales contienen una diversidad de moléculas muchas de ellas con actividad biológica, que interactúan con nuestro organismo y con otras sustancias, en un proceso metabólico definido.
Bien lo dijo el famoso médico Paracelso en el siglo XVI, los beneficios o perjuicios al ingerir algún principio activo están relacionados con la dosificación tanto si proviene de una fuente natural o de una fuente sintética.
La hierba de San Juan, un claro ejemplo.
Hypercum Perforatum o mejor conocida como hierba de San Juan es una planta que contiene sustancias como naftodientronas, flavonoides y otros compuestos lipofílicos, siendo la hipericina, el principal principio activo.
Al mismo tiempo, la hipericina en pacientes susceptibles ha ocasionado problemas de fotosensibilidad cuando se consume en dosis altas generando casos de fotodermatitis. En otras condiciones, como el embarazo y la lactancia, debe omitirse el uso de la Hierba de San Juan.
Por este y otros motivos, el enfoque científico de la Herbolaria cobra suma importancia para conocer la composición química de las plantas, su usos terapéuticos, las dosificaciones correctas y contraindicaciones para poder usarlas como una gran herramienta terapéutica alternativa de forma segura y eficaz.
Bibliografía: Klemow KM, Bartlow A, Crawford J, et al. Medical Attributes of St. John’s Wort (Hypericum perforatum) In: Benzie IFF, Wachtel-Galor S, editors. Herbal Medicine: Biomolecular and Clinical Aspects. 2nd edition. Boca Raton (FL): CRC Press/Taylor & Francis; 2011. Chapter 11. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK92750/